miércoles, 7 de enero de 2009

Veredicto / Ana María Fuster

¿Qué harías si tan sólo te quedara una semana de vida? Las palabras del asesino convicto penetraron como un cuchillo a través de las venas de su abogada. La licenciada López se asustó tanto que se marchó a su casa y canceló sus compromisos del día, del otro y del siguiente. Le nació una obsesión que consistía en pararse frente al espejo dos, cinco y hasta veinte veces desde el amanecer hasta ponerse el sol. Según se aproximaba el séptimo día, su imagen era más difusa a través el espejo y sus pies se hundían entre las losetas. Finalmente llegó el momento marcado por el calendario, la sentencia del reo ya no la asustaba y se sonrió sin verse en el espejo. Al regresar a donde el preso, le habló; él giró su cabeza sin ver nada, comenzaba a ponerse nervioso. La abogada le susurró al oído: te tengo mi respuesta; en una semana ¿qué haría? lo de siempre, fingir que vivo.
De Bocetos de una ciudad silente.
http://bocetosdeselene.blogspot.com
Libros publicados: Verdades Caprichosas (First Book Pub. 2002), Réquiem (Isla Negra Eds. 2005), El libro de las sombras (Isla Negra Eds. 2006), Leyendas de Misterio (Ed. Alfaguara infantil 2006) y Bocetos de una ciudad silente (Isla Negra Eds. 2007)

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Ana María, me alegra haberte descubierto aquí. Pasaré a leer tu blog con calma.
Fingir que vivo...eso está genial.
Besos

Ana María Fuster Lavin dijo...

Hola Mita, y sí, es que hay tanta gente que uno observa y su vida es como un gran simulacro de algo que no llega, o que no tienen la iniciativa de ser...
Gracias po tu comentario, y estás bienvenida en mi blog!
un abrazo

Mercedes Pajarón dijo...

Ha sido un verdadero placer releerte, hoy desde este blog.

Anónimo dijo...

Sí a veces pierde la vida esperando
Tienes mucha razón
Ely