Entonces recordó la imagen exacta en la que inyectó el veneno, con la jeringuilla, en el primer bombón. Aquel líquido azul que compró el viernes pasado. Silencio, pensó.
Queremos recoger los mejores relatos cortos (max. 500 palabras) que puedas leer y escribir. Mándanos tus cuentos a volador5@gmail.com y publicaremos los mejores.
domingo, 28 de septiembre de 2008
Chocolate azul / Ana Vega
Entonces recordó la imagen exacta en la que inyectó el veneno, con la jeringuilla, en el primer bombón. Aquel líquido azul que compró el viernes pasado. Silencio, pensó.
lunes, 22 de septiembre de 2008
La oveja negra / Bernardo Atxaga
De Jacques / Eliseo Diego enviado por Sonia Betancort
Eliseo Diego. «De Jacques», relato perteneciente a su libro Divertimentos, 1946.
Calle abajo / Pilar Aguarón
Su familia llenó la ciudad con la foto de su rostro ajado, que los meses, el sol y la lluvia terminaron por desvanecer. Pero Elena no volvió.
sábado, 20 de septiembre de 2008
La cena del orden / Natalia Brandi
domingo, 14 de septiembre de 2008
El árbol canibal / Genaro Becerra
Poco tiempo después sufrí el ataque del "complejo green peace".
Si, ya sabes... Esos cinco minutos de ecologista que nos salen a todos cuando sientes que la vida de otros animalitos estuvo o estará en peligro y que al final; te das cuenta que no todo termina en desgracia.
Entonces me dije: Mi mismo, ¿recuerdas ese árbolito que te regalaron en el parque venados cerca del Volcán Popocatepetl para que un día lo sembraras?... Pues te sigue esperando.
Lo sembré en una maceta para que siga creciendo y cuando ya lo vea más fuertecito lo plante en la calle. Por que nunca falta el chamaco menso que pise al tierno árbol y lo heche todo a perder.Corté la bolsa y me sorprendí de ver sus raíces, si, aunque suene medio menso, las raíces son una parte de un árbol o planta que no vemos muy a menudo.
El siguiente y delicado paso fué el translado sin desmoronar el cartucho de tierra y raíces (con estructura más o menos similar a un mazapán) y centrarlo en la maceta, una vez superado el paso más tierra al rededor y Tadaaaaaaa... se vé bien bonito... snif, snif.
Es el tercer árbol del que tengo cuidado para sembrarlo en mi vida: el primero fué un árbol de limones que actualmente debe medir más o menos un metro y medio.
El segundo un árbol de guayabas que brotó por que enterré una guayaba en la tierra a ver que pasaba y funcionó.
Y éste, es un cedro blanco que, probablemente, verá mi entierro ya que viven más de cien años y para ese entonces yo ya seré abono...
Pinche árbol... siento que me está observando como los caníbales... Te voy a comer, te voy a comer... tarde o temprano, al cabo no tengo prisa.
Y en este momento de terminar la entrada ya estoy pensando bien si me darán ganas de sembrarlo o no en su lugar definitivo.
Genaro Becerra. Escritor de la Novela Planeta Dinero http://planetadinero.blogspot.com/
sábado, 13 de septiembre de 2008
Detalles / Ana Girona
sábado, 6 de septiembre de 2008
Sigue soñando / Nisa Arce
En resumidas cuentas, la ciudad ensayaba indefinidamente una coreografía con vistas a un espectáculo que nunca se celebraba. Un baile que, aunque frenético y caótico, tenía cierto encanto.
Y como cada mañana, al pasar delante de los contenedores de basura, veía el mismo par de botas abandonadas en un rincón. No eran unas botas fuera de lo común. De hecho, la piel gastada en la que estaban confeccionadas, los cordones raídos y las suelas agrietadas le daban un aspecto lo que se decía humilde.
Su casa no quedaba lejos y a esas horas acusaba el cansancio, pero cada vez que pasaba delante de las botas, dedicaba unos instantes a preguntarse cómo habrían acabado ahí y de quién serían los pies que las habían lucido. ¿Qué parajes habrían recorrido, qué pecados cometido para merecer quedarse allí, ajenas al interés y el conocimiento de los demás?
Imaginó que habían pertenecido a un montañero que, cansado de la rutina, se dispuso a recorrer las grandes cumbres del planeta sin nada más que una mochila a la espalda y su inseparable par de botas. Tras haber observado el mundo desde su cima decidió regresar al hogar, en el que sus botas trotamundos ya no tenían sentido, y allí se habían quedado, tristes y solitarias, contando su historia a todo aquel que tuviese un poco de tiempo que dedicar a la nada.
Idear un motivo con el que explicar el misterio era su ritual, su manera de otorgar descanso a la mente e ir con ilusión a la cama, en la que reponía fuerzas para enfrentarse al ciclo que, con la caída del sol, se repetiría.
Pero aquella mañana, dicho ciclo se rompió. Se sobresaltó cuando escuchó un fuerte ruido a su derecha. Uno de los encargados del servicio de limpieza del ayuntamiento le miraba con el ceño fruncido, como queriendo pedir en silencio que se apartara. Dio un paso hacia atrás y dejó que hiciera su trabajo, sin protestar cuando el hombre tomó el par de botas y las arrojó en el interior del camión.
Clavó la mirada en la del hombre y no la desvió hasta que el camión, tras ponerse en marcha, se alejó y dobló en la siguiente esquina para continuar su ruta.
La ciudad, la gente que esperaba en la parada del autobús, los guardias, los tenderos de las panaderías y los estudiantes seguían siendo los mismos. Pero le habían arrebatado su breve instante de distracción.
Sacó las llaves, abrió la puerta de casa y se tiró en la cama.
Lo único que le quedaba ahora, era seguir soñando.
Magda y yo / Aily Ramirez
Llamo a Cindy y me dice que Magda no está; se la come alguien más. Cindy, ven vos, igual no vas a hablar porque tendrás la boca ocupada, y se niega. Insisto en Magda, ¿quién se la comerá? ¿Judas o Pablo, Jesús o Mahoma? ¿Pablo Jesús Contretas o Judas Mahoma Castro?
lunes, 1 de septiembre de 2008
Ni era tan tonto... Ni estaba tan loco / Mercedes Pajarón
Muy pocas. Poquísimas.
Pues aquel día sucedió.
Ella, joven, y muy hermosa. En contraste con la callejuela, desierta, rancia y sombría.
A la altura de unos contenedores de basura, él se le cruzó. No pudo evitar abrir mucho sus extraviados ojos y mirarla, pasmado.
Los flechazos son así.
-Hola -pudo decir al fin, de forma más o menos espontánea. Era feo, tonto y loco, pero no tímido.
-Hola -respondió ella, que además de joven y hermosa, era educada.
La mirada extraviada actuó con romántico arrojo:
-¿Nos conocemos?
La guapa, que además de joven y educada, era sincera, contestó:
-No lo creo. Me acordaría.
La osadía del señor parecía no tener límites.
-Pues me presento: soy Pedro.
Le tomó la mano con delicado atrevimiento, al tiempo que estampaba dos besos en unas desconcertadas mejillas.
La guapa, que además de educada y sincera, era de reacciones lentas, se vio obligada a responder a aquellas osadas muestras de afecto.
Ante su docilidad, él vio el cielo abierto, y apostó el todo por el todo:
-¡Te invito a un café!
Ella estuvo a punto de declinar la oferta con una de las mil típicas excusas: tengo prisa, otro día, mi abuelita está enferma…Pero la guapa, que además de joven, educada y sincera, era muy atlética, echó a correr a toda velocidad por la callejuela desierta, rancia y sombría.
Él se quedó atónito, y con la única compañía de los contenedores de basura.
De repente, sonrió maliciosamente…
Al menos, había conseguido darle dos besos a la más hermosa.