Siempre me declaré más proclive al incesto que al parricidio. Prefiero acostarme con los padres que matarlos. Prefiero la convivencia a la ausencia (perdón por la cacofonía). Aborrezco a quienes salen de cacería de padres. Prefiero un aquelarre a una masacre. Sin embargo, me he retirado. No me caso con nadie. Abandoné a los padres en su cama y me encerré en una biblioteca. Prefiero la quietud de mi hogar a la incomodidad de una sexualidad paupérrima seguida de disculpas o lamentaciones. Los padres envejecen demasiado rápido.
11 comentarios:
Excelente!
Inquietante...
Es cruel y violento.
Sara
Hummm, refinadamente siniestro...
Es un cuento muy raro No lo he entendido.
Elena
Que mal royo, no me pongo en tu pellejo, pero seguro que juegas bien al ajedrez.
Estoy de acuerdo. Es un poco de trastornados.
Alberto
Pues yo juego al ajedrez y no estoy tarado.
Jose
Saboreo cada palabra de este texto inquietante y mágico.
Muchas gracias.
Jorge
Muy diferente y original.
Sigue así
Leo
Me he quedado atónita.
Un abrazo.
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