Hablaba cada vez menos. Por no mentir.
Un día fue al banco y sacó todos sus ahorros para comprar una máquina de la verdad.
Pensaba en fundar un partido político llamado “la máquina y la verdad”
Su programa era simple en vez de "mítines con luz y taquígrafos” proponía mítines con “luz y polígrafos”.
Con un altavoz y un cartel, recorría las pequeñas poblaciones rurales.
En la plaza, montaba su máquina llamando a la verdad y a la reconciliación popular.
Disputas entre socios, problemas conyugales…
A la hora de mercado, atraía a las amas de casa para que descubriesen las infidelidades de sus maridos. Las mujeres, convencidas, llevaban a sus parejas y tras el veredicto de la máquina, el matrimonio sentaba las bases de la nueva relación...
1 comentario:
Es raro pero muy original.
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