Querido diario:Soy maricón. Así, con las siete letras. Higinio: maestro y maricón. Por tres, veintiuna. A gramo por letra, obtenemos los veintiún gramos que separan al vivo del muerto. Quítenme el maricón, el maestro y el Higinio y el resto es la solución al problema: un conjunto vacío y desmembrado de escoria sin remedio.
3 comentarios:
¡Ingenioso y ágil lo es un rato largo!
Guau, creo que se lo voy a pasar a unos cuantos amigos. =P
¡Seguid colgando más cosas!
A ti te cogía yo entre mis piernas
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