sábado, 7 de febrero de 2009

Los mejores días del año / Carmen Cristina Wolf

En vacaciones la mañana era un vaso de cerveza desparramándose, al mediodía se convertía en un caldo caliente. Las gavetas dejaban salir la ropa ligera, sandalias, lociones contra los mosquitos, bronceadores y sombreros. Un verano para bañarse en el río, leer a Julio Verne, Salgari y los cuentos de Julio Garmendia. Comer mangos y guayabas y contar historias de aparecidos en la playa, que estaba apenas a un kilómetro, como si el mar estuviese a millas, millas y millas de distancia. Y todo allí mismo, en casa del abuelo, a orillas del Río San Esteban cubierto de una vegetación cerrada verdinegra.
Era la felicidad completa, sin preocupaciones. El gozo del principio del vivir, la pubertad en plena ebullición cuando todo parece estar en una cesta en la cual basta con hundir las manos para sacar cualquier aspiración hacia el milagro de la realidad, con ese esplendor de las cosas recién estrenadas. Levantarse de la cama no costaba nada, eran días de otra tinta. Desayunar un vaso de leche y una arepa caliente con mantequilla. Al frente los chaguaramos y los caimitos, las matas de limón y de naranja, los cedros centenarios. Nos esperaba la pelota húmeda sobre el césped mientras el abuelo recogía las hojas secas con sus botas de hule y el rastrillo despeinado por el uso. En el río aprendimos a confiar, no temíamos su fondo, poblado de medallitas luminosas. No teníamos miedo de los peces pequeños ni de los gigantes que nos imaginábamos podrían aparecer algún día. En esos instantes, arrojados al círculo del secreto, podíamos creer, escuchábamos una promesa y creíamos en ella. Vivíamos en pulsación, atentos al paso del agua que conducía un millón de años de rayos de sol, ramas y hojas caídas. La vida nunca necesitó de explicaciones. En cada uno de nosotros latía una semilla y no lo sabíamos porque no dejábamos de jugar, reír y pelear para volvernos a contentar enseguida. Inmersos en el universo todavía somos aquellos que no teníamos miedo, cuando cruzamos el río de la mente y sólo nos dedicamos a jugar.
Carmen Cristina Wolf
Círculo de Escritores de Venezuela

http://literaturayvida.blogsome.com
http://ccwolf.wordpress.com

2 comentarios:

Mercedes Pajarón dijo...

Suave, delicado, poético, cálido, nostálgico, alegre...Para quitarse el sombrero.

Anónimo dijo...

ORACION PARA QUE TE LLAME EN 10 MINUTOS. (MAGIA BLANCA) Piensa en la persona con la que quieres estar di su nombre para ti 3 veces. Piensa en lo que quieres que ocurra con esta persona en la siguiente semana y repítelo para ti 6 veces. Ahora piensa en lo que quieres con esa persona y dilo una vez. Y ahora di Rayo de luz, yo te invoco para que desentierres a (G) de donde este o con quien este y le hagas llamarme hoy mismo enamorado y arrepentido. Desentierra todo lo que esta impidiendo que (G) venga a mi (C). aparta a todos los que contribuyan a que nos apartemos y que solo piense en mi (C). que el me llame ..Gracias, por tu misterioso poder que siempre cumple con lo que se pide esto lo hago con mucha fe Luego tienes que publicar la oración tres veces, en tres sitios diferentes. Suerte.